Cuando hace ahora mismo más de un año que nos planteamos montar Kelonia (estuvimos meses callados trabajando en preparar un proyecto sólido), llegó el momento de debatir si nos lanzábamos con distribución tradicional: la editorial manda libros al distribuidor y quizás el distribuidor los mandará al librero. O poco a poco, iríamos creando nuestra propia red de distribución en librerías donde se respirara amor por los libros y el género, además de montar nuestra propia tienda on line para poder servir, sin gastos de envío, a los lectores que quisieran adquirir nuestros títulos.
Pusimos ambas fórmulas en la balanza con los siguientes pros y contras:
Distribución tradicional:
- 50% del importe de libro, del cual entre el 30/35% va para el librero a no ser que sea un dispensador de libros como Fnac, El Corte Inglés o La Casa del Libro que se suelen quedar el 45% de media. En el caso que queramos que los libros lleguen a esos establecimientos (porque os empeñáis en comprar ahí, con todo el derecho del mundo, aunque nosotros no lo hagamos por principios) el porcentaje sube entre el 55 y el 60%.
- Impresión de un mínimo de 600 ejemplares para entrar en alguna distribuidora de ámbito nacional y especializada en género, sin entrar en las grandes superficies.
- Subir el pvp del libro para que podamos cubrir los costes necesarios por lo cual, un libro como El Rey Trasgo, en vez de costar 14,95 euros pasaría a 17,95 euros mínimo.
- Que la distribuidora no hiciera su parte y no entregara los libros a las librerías (no pierden nada, solo espacio de almacén porque los portes de ida y de vuelta corren a cargo de la editorial).
- Que al librero no le interesen nuestros títulos y sí recibiera las publicaciones pero no las colocara en estanterías, porque prefiera tener algo que le diera más beneficios debido a una campaña de marketing de editoriales con sobrado poderío que pueden pagar mesas y escaparate.
- Que el librero ponga nuestros títulos en su estantería pero no sepa de lo que va el libro. Ejemplo: si un lector que suele comprar novelas Z le pide que le recomiende una novela de ciencia ficción distópica, no va a poder recomendar El letargo del pájaro de fuego.
- Que distribución y librero hagan su trabajo por lo cual, si nuestras publicaciones no se venden, la culpa solo será nuestra por no ofreceros títulos atrayentes, algo que descartamos porque ante todo somos lectores sin gustos extravagantes.
- Un libro tiene una vida de tres meses, en muchos casos después de un mes ya no se encuentra en las grandes superficies citadas anteriormente y en muchas librerías proceden a la devolución de los ejemplares a no ser que seas un autor de best seller.
Distribución directa con el librero:
- Incremento del volumen de trabajo debido a que tenemos que llegar a un acuerdo con el librero ventajoso para ambas partes, envío de ejemplares, liquidación, facturación, cobro.
- La librería que tiene nuestras publicaciones es porque verdaderamente las quieren, ampliando el tiempo de vida del libro mucho más tiempo incluso estamos en mesas y en escaparates porque el librero lo ha considerado así.
- Trabajar mano a mano con el librero, atendiéndole personalmente y escuchar sus recomendaciones (por eso nuestras portadas de brillo han pasado a ser mate, por poner un ejemplo).
- No llegar ni a la mitad de los lectores de género por lo cual hay que trabajar en ir dando a conocer por otros medios nuestras publicaciones, con las carencias que esto pueda suponer.
- Saber que en las librerías con las que trabajamos van a tratar a nuestros autores, en el caso de presentación, de forma más que correcta.
Pusimos estas cuestiones en la balanza y decidimos trabajar directamente con los libreros, a los que tanto apreciamos, y con nuestra propia tienda on line.
Después de casi un año podemos decir que estamos convencidos de que esta decisión fue correcta porque estamos afianzándonos contando con los consejos de muchas personas que llevan viviendo del libro muchísimo más tiempo que nosotros pero que lo quieren y respetan igual que nosotros, y os voy a comentar dos situaciones reales que nos hemos encontrado y enfrentado.
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Presentación en Avalon. Foto: Abel Murillo |
¿Recordáis la presentación de El Rey Trasgo que iba a tener lugar en la Fnac de Castellana el pasado 9 de noviembre y que en menos de 24 horas cambiamos el lugar de presentación a Avalon? La misma la coordinaba una tercera persona que me facilitó el correo electrónico de las personas encargadas. Los intercambios de correos electrónico bien, hasta que pedí instrucciones y solo sabía que los libros tenían que llegar allí. Del porcentaje me enteré un día antes (tuve que insistir bastante), no firmaban albaranes de entrega de los ejemplares y lo peor de todo era la finalización: cuando el autor terminara la presentación, tenía que recoger sus libros pero ellos no firmaban ningún albarán de salida. Por eso la liquidación la harían según lo pasado por su caja, por lo que suponemos que si desapareciera un ejemplar y no hay firma de albarán… Entendemos que esa sea la manera de trabajar de este establecimiento con las editoriales que no tenemos distribución, y que algunos incluso se pueden plantear que es un gran favor y conveniente a la imagen editorial presentar en un sitio tan grande como este establecimiento, pero lo seguimos sin ver de esta manera. ¿Para qué sirve presentar en un sitio si luego los libros no te los mantienen ni una semana? Entre otras cuestiones.
Entramos en el apartado de eventos de la Fnac y vimos que no estaba anunciada la presentación (posteriormente la agente del autor encontró un enlace a un pdf que daba a una programación donde aparecía pero os puedo asegurar que yo ni encontré el enlace. Y, posteriormente busqué en redes sociales donde comprobé que no habían hecho promoción del mismo por lo cual no supondría nada el cancelar dicha presentación para realizarla en Avalon, algo que gestionó la Asociación Madrileña de Fantasía Épica “El Oráculo del Fénix” debido a que les solicité ayuda en el caso de cancelación.
El cambio fue a mejor, por lo que muchos de vosotros nos habéis comentado. El autor no tuvo que correr para realizar sus dedicatorias. Todo ello mezclado con un trato excepcional de la gente de Avalon.
De nuevo agradecer a la gente de El Oráculo su rápida respuesta y gestión.
Como segunda anécdota u opinión personal, decir que no todos los libreros son buenos y que todas las distribuidoras tampoco son malas. Recientemente en un acto de uno de nuestros autores estaba presente un establecimiento que se iba a encargar de vender los libros de los invitados que asistían al acto. Hablamos con nuestra autora y le comentamos que nos habíamos puesto en contacto en varias ocasiones con dicho establecimiento, e incluso llamamos una vez, para que fuera librería de Kelonia, y que nunca llegó a responder y la llamada telefónica fue corta porque estaba inventariando. Por esto no queríamos trabajar con ellos porque si no respondía a un correo de colaboración menos lo iba a hacer para el pago de las facturas. La organizadora del evento, a la que también le expresé esto, me dijo que es normal que somos una editorial y tenemos que mirar por el dinero, aunque ellos siempre van a mirar por el autor. Nosotros miramos por nuestros autores, por todos, los publicados y los que nos gustaría publicar, pero si no recibimos el pago de las facturas de libros vendidos no podremos pagar a proveedores, ni derechos de autor y dejaremos de editar. La cadena se rompería.
Para terminar comentaros que no nos cerramos a la distribución tradicional, para nada, hay dos opciones dentro de la misma que nos gustan y que ojalá, cuando la crisis que nos golpea a todos empiece a retroceder, podamos apostar a lo bestia por la misma porque nuestros autores y vosotros, lectores, lo valéis.
PD: Los libreros de Kelonia son los mejores del mundo y en breve dos nuevos: uno en Barcelona y otro en Mallorca.